El actual Puente de los Cantautores en Zaragoza conocido como Puente Trece de Septiembre, en recuerdo de la fecha de golpe del general Primo de Rivera en 1923, es uno de los símbolos culturales y arquitectónicos de Zaragoza que fue inaugurado el 17 de mayo de 1929, cuando aún se le conocía por este nombre.
Su construcción comenzó el 13 de marzo de 1928, bajo la dirección del arquitecto municipal Miguel Ángel Navarro Pérez.
Durante la Segunda República, el puente adquirió una nueva denominación y pasó a llamarse como Puente del 14 de abril.
Con el tiempo el puente quedó popularmente identificado como Puente de los Cantautores, un apodo muy arraigado en la memoria cultural zaragozana.
Ubicación y función urbanística
El Puente de los Cantautores se alza majestuosamente sobre el río Huerva, marcando la entrada principal al Parque Grande José Antonio Labordeta (conocido hasta 2010 como Parque Grande).
Este parque ubicado en la avenida de San Sebastián, es uno de los espacios verdes más emblemáticos de Zaragoza, conocido por su extensión, monumentos, zonas ajardinadas y jardín botánico, entre otros atractivos
Estilo arquitectónico y descripción detallada
El Puente de los Cantautores, es una construcción singular y representativa de la arquitectura propia de la época, de la arquitectura de finales de los años 20. Combina elementos del mudéjar aragonés con técnicas modernas para la fecha de su edificación.
La estructura está compuesta por tres grandes arcadas de hormigón armado: el arco central de 14 metros de luz que permite el paso del cauce del río Huerva, y otros dos arcos laterales de 6 metros destinados para el tránsito de peatones junto a las orillas del río.
La anchura del puente es bastante generosa, llegando a alcanzar un total de 30 metros.
Fue el primer puente de Zaragoza que se construyó con hormigón, lo que le dio solidez y también una apariencia muy tosca. Ello hizo que se decidiese poner abundante decoración que tapase su estructura por lo que se fingió una ornamentación en falsa dovelación de los arcos rebajados, y contrafuertes revestidos con ladrillo en estilo mudéjar, con motivos como cruces heráldicas.
La parte superior está rematada por una balaustrada de piedra artificial que se curva siguiendo la línea de los miradores volados.
Sobre el vano principal se alzan dos templetes cuadrados en ladrillo, abiertos por arcos de medio punto y cubiertos por tejados a cuatro aguas con tejas vidriadas y rematados con pináculos, aportando un aire monumental y refinamiento decorativo.
Declarado BIC (Bien de Interés Cultural)
En 2002, el puente fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento, lo que subraya su valor patrimonial y exige que cualquier intervención respete su diseño original.
A lo largo de los años, el puente ha sido objeto de varias reformas, especialmente motivadas por necesidad de reforzar y adaptar su seguridad a la normativa actual, sin alterar su estética original.
En 2015, tras dos accidentes mortales ocurridos en 2012 y otro en 2015), el Ayuntamiento decidió instalar vallas metálicas provisionales como medida de seguridad, debido a que la balaustrada original, de apenas un metro de altura, se consideró insuficiente para garantizar la seguridad de los peatones.
En junio de 2016, la comisión provincial de Patrimonio de la DGA (Gobierno de Aragón) aprobó elevar la barandilla original hasta 1,10 metros, manteniendo los materiales para no alterar el aspecto visual.
A partir de noviembre de 2016, comenzaron los trabajos concretos para fabricar moldes y prefabricar 620 nuevos balaustres (o pilaretes) de hormigón artificial con refuerzo de acero, imitando los originales pero a mayor altura.
La reforma concluyó en marzo de 2017, con una inversión aproximada de 95.000 €. Se reinstalaron los nuevos balaustres, se recuperaron los pasamanos, se limpió la estructura, se repararon grietas en el pavimento y se repintaron elementos decorativos, todo respetando el diseño original de 1929.
Aunque se menciona que ha tenido varias reformas menores a lo largo del tiempo, el puente sufrió al menos una reforma significativa (la balaustrada entre 2016–2017).
Su apariencia actual conserva el espíritu del diseño original, gracias a las intervenciones cuidadosas.
Usos y vida cultural: escenario de música popular
Desde la década de 1970, el puente ha sido punto de encuentro para músicos y cantautores, de ahí su actual denominación popular.
Se ha consolidado como un epicentro de la escena musical local donde artistas como José Antonio Labordeta, La Bullonera o La Ronda de Boltaña, encontraron aquí un escenario natural y protagonizaron una época dorada de folk, trovadores y letras poéticas cantadas junto al fluir del río Huerva.
Con el paso del tiempo, el uso cultural se ha diversificado acogiendo estilos varios y sirviendo tanto como escenario espontáneo para músicos emergentes como para eventos culturales programados.
En ediciones recientes como Zaragoza Florece, el puente se ha utilizado como zona para programaciones musicales de acceso libre.
