Capital de Aragón y la quinta ciudad más poblada de España, Zaragoza no solo destaca por su historia milenaria, su arquitectura imponente y su relevancia cultural, sino también por una gastronomía rica, sabrosa y profundamente arraigada a la tierra.
En esta ciudad aragonesa, los sabores cobran vida a través de recetas ancestrales, tapas creativas y productos de cercanía.
Desde guisos reconfortantes, sabrosos y muy bien elaborados, hasta tapas muy creativas pasando por exquisitos dulces, la gastronomía zaragozana llega a conquistar hasta los paladares más exigentes.
Gastronomía aragonesa
La cocina tradicional zaragozana se basa en productos de calidad que ofrece su tierra fértil: verduras de la huerta del Ebro, carnes de cordero, embutidos artesanales, legumbres como el boliche de Embún, quesos de oveja, aceite de oliva del Bajo Aragón, trufa negra, azafrán y vinos con denominación de origen.
Uno de los platos más representativos es el ternasco de Aragón que puede degustarse de múltiples maneras, desde asado al horno con patatas, hasta en tapas más modernas.
Otro plato clásico es el bacalao al ajoarriero, los guisos de legumbres con productos de matanza, las migas a la pastora, las borrajas con patatas, el pollo al chilindrón o la longaniza de Graus, que puede encontrarse en muchas cartas zaragozanas.
En el terreno de los postres y dulces no pueden faltar las frutas de Aragón (frutas confitadas bañadas en chocolate), los adoquines del Pilar, las tortas de alma, los melocotones de Calanda en almíbar y helados.
Restaurantes más tradicionales para comer en Zaragoza
La ciudad está repleta de bares, tabernas y restaurantes donde poder degustar los platos típicos, en ambientes acogedores:
- El Tubo: Es uno de los barrios más representativos en cuanto a tapeo. Un laberinto de callejuelas donde cada esquina invita a detenerse y saborear alguna delicia local.
- Bodegas Almau: Taberna con más de 100 años de historia en pleno Tubo, famosa por sus anchoas con olivas negras y su excelente vermut casero.
- Casa Lac: Uno de los restaurantes más antiguos de España, fundado en 1825, especializado en cocina de mercado y platos con verduras frescas de temporada.
- El Champi: Otro clásico del Tubo, conocido por su tapa de champiñones a la plancha con ajo y gambas, sencilla pero deliciosa.
- Casa Domino: Donde poder degustar tapas de toda la vida como el ternasco al ajillo o los huevos rotos con jamón.
Fuera del bullicio del Tubo, también encontramos restaurantes que son verdaderas instituciones en Zaragoza;
- El Fuelle: Ubicado en el casco viejo, es uno de los lugares más recomendables para quienes buscan vivir una experiencia gastronómica aragonesa completa: ternasco al horno, bacalao ajoarriero, migas, jamón de Teruel…
- La Miguería: Ubicado cerca del Pilar, donde las migas se convierten en plato principal con más de una decena de versiones, algunas clásicas y otras más innovadoras, como las migas con longaniza, foie o incluso con setas de temporada.
- Novodabo: Cerca del Paseo Independencia, ofrece una cocina aragonesa con platos sofisticados y presentaciones modernas. Ideal para quienes deseen combinar tradición y vanguardia.
- La Taberna El Broquet: Aunque pequeño es un sitio con encanto y muy valorado por su respeto a la cocina tradicional y producto de temporada.
Gastronomía de proximidad
A escasos kilómetros de Zaragoza capital, los alrededores también ofrecen experiencias gastronómicas únicas dignas de ser descubiertas:
- En Fuendetodos: Pueblo natal de Goya donde encontrar pequeños restaurantes que sirven ternasco asado con leña y vino de la tierra.
- En La Almunia de Doña Godina: Típico disfrutar de la cocina de cuchara como las judías blancas con oreja o el guiso de rabo de toro.
- En Cariñena: Capital del vino con Denominación de Origen más antigua de Aragón. Se aconseja realizar una ruta enoturística con catas en alguna de sus bodegas (Bodega Care o Grandes Vinos y Viñedos), las cuales ofrecen maridajes con productos típicos aragoneses.
- En el Monasterio de Piedra: Además de disfrutar del entorno natural e historia, los visitantes pueden degustar productos típicos en restaurantes como “Las Truchas”, donde la especialidad es la trucha fresca pescada en el río Piedra, cocinada al gusto del comensal.
Ferias gastronómicas y productos locales
Zaragoza también celebra ferias y eventos gastronómicos que permiten conocer más de cerca sus ricos productos de la tierra.
- Durante las Fiestas del Pilar, que se celebran en octubre, la ciudad se llena de puestos de comida y ferias donde probar desde longaniza y chistorra, hasta dulces típicos.
- Otro evento importante es el Certamen de Tapas de Zaragoza, que se celebra cada otoño y reúne a decenas de bares y restaurantes que compiten por crear la mejor tapa de la ciudad.
Además, Zaragoza cuenta con mercados lugares donde encontrar el mejor producto local:
- El Mercado Central: Recién remodelado donde comprar los mejores productos de Aragón: ternasco, frutas y verduras, embutidos, quesos y mucho más.
- El Mercado Agroecológico de la Plaza del Pilar, que se celebra cada sábado, permite conocer a pequeños productores de la región y adquirir productos ecológicos directamente del campo.
Importante destacar los productos de proximidad que llegan de las comarcas más cercanas como los espárragos, tomates, borraja, melocotón, trufas negras, aceite virgen extra, embutidos artesanales, quesos, entre otros.
Dulces zaragozanos y café con historia
No todo en Zaragoza son platos contundentes, su repostería también tienen un gran protagonismo:
– Las Frutas de Aragón: Bombones de chocolate rellenos de fruta confitada podemos encontrar en una pastelería muy representativa de la ciudad “Pastelería Fantoba”, con más de 200 años de historia, famosa también por sus guirlaches, turrones, trenza de la virgen y adoquines.
– Leche merengada, torrijas caseras, granizado de limón, horchata, dulces típicos del Café Levante, fundado en 1895. El local conserva su estética clásica y es lugar de encuentro para tertulias, artistas y amantes de la buena mesa.
Zaragoza, ciudad donde se come ricamente
Zaragoza es una ciudad que ofrece una experiencia gastronómica que enamora a todo aquel que la prueba.
Ya sea a través de una tapa en el Tubo, un plato de ternasco en un restaurante tradicional, una cata de vino en una bodega cercana, pasando por dulces emblemáticos, el visitante encuentra en la cocina no solo sabor, sino también historia, paisaje, gente y cultura.
